Windows Phone está muerto, pero nace Windows 10 Mobile
Era un hermoso sueño. El carácter abierto de Google con Android y el control de Apple con iOS. Calidad y cantidad, calidad en las aplicaciones para uno, cantidad de aplicaciones para el otro, algún que otro malware de vez en cuando, pero cantidad al fin. Por otro lado, un gigante, del software, Microsoft, un gigante que creaba eso, aplicaciones excelentes, aparecía con su enorme potencia como marca, su audaz sentido del estilo y una idea, meterse a competir, en un terreno nuevo, la telefonía móvil, pero con una materia que dominaba, sistemas operativos. Una idea, Windows Phone 7, el escenario delante era alentador, siendo pesimistas, en Redmond tenían todo para triunfar. Era un hermoso sueño.
Y sin embargo, 2015, aquí estamos. Cinco años después de que aquel hermoso sueño haya comenzado, todo ese panorama que pintaba y se perfilaba a convertirse en una hermosa realidad, un cuento de hadas, todo eso terminó por traer más penas que glorias a Microsoft, no sabemos bien en qué momento todo esto se convirtió en una pesadilla; cómo empezó a ir todo tan mal? Cómo Windows Phone al poco de haber nacido ya se había perdido en lo más profundo del bosque del fracaso, de los sueños imposibles, y ahora, cinco años después, aparece Windows 10 Mobile buscando rescatar a la esperanza, hacer olvidar a todos esos malos momentos pasados, viene con un montón de armas, cargado con argumentos suficientes como para desestabilizar a cualquiera, busca dejar de ser el David en el que se convirtió y derribar a dos Goliats, uno más grande que el otro, tiene las agallas y también las ondas y piedras necesarias. Lo conseguirá?
En aquel ya lejano 2010, el mundo móvil y sus tendencias no eran tan inamovibles como lo son ahora. Apple habiendo comenzado la revolución de los smartphone (al menos según algunos), se centra en el éxito del factor dispositivo nuevo, novedoso, único, primigenio, el iPhone. Y luego aparecía Android, que no salir después tenía menos menos chances de llegar antes a la meta, no existe una meta clara y objetiva en el mundo de la tecnología, siempre hay más, unos metros más, pero esa meta era dominar el mercado, sin duda que llegó y hasta ahora no hay quién lo alcance y es el señor indiscutible y dueño del espacio móvil.
Pero que antes de ser lo que es ahora, Android era algo débil y carente de sentido, Google vacilaba, haciendo intentos poco entusiastas para dar inicio a su juego en el tablero, mientras que empresas como Samsung aún no tenían ni idea del éxito del que iban a disfrutar.
Desde arriba de todos estaba Nokia, que se ocupaba a su manera por mantenerse en su trono, aunque poco a poco, las malas decisiones y la falta de visión para darse cuenta pronto de la fuerza con la que venía la ola de teléfonos inteligentes y su inevitable futuro éxito hicieron que vaya echando por tierra cualquier esfuerzo por mantener su reinado. En resumen, era el momento adecuado para la aparición estelar de un nuevo personaje en el escenario, la obra de teatro estaba por comenzar y aún no había un protagonista claro ni favorito en el juego, Microsoft estaba absolutamente convencido y seguro de que ese era su lugar en las tablas de la obra y que tenía la solución definitiva que le daría el lugar que tiene con otros dispositivos. Y no era Windows Phone.
El Microsoft Kin, fue un dispositivo con forma de guijarro pequeño, fue el resultado de una gran inversión. Cuidadosamente calculado para llamar la atención de los jóvenes, tenía un aspecto muy diferente, y un sistema operativo diseñado para deleitar a los que amaban compartir. Fue una contra parte cruda a la comparativamente utilitaria Windows Mobile enfocada a los negocios, que había disfrutado de algún apoyo, pero por desgracia había llegado antes del boom de los smartphones. El Kin fue un nuevo comienzo, una nueva dirección, por otra parte, se pretendía que fuera el 'iPhone' de Microsoft.
Sin embargo, a pesar de la investigación de mercado, y alguna promesa real, todo se derrumbó, y rápidamente, teníamos a otra inocente víctima de la oferta sin demanda. Microsoft había leído el mercado y juzgado mal. Lanzado en mayo de 2010, a los dos meses Verizon dejó de almacenar los dispositivos. Esto fue un signo ominoso de lo que vendría después.
Varios años antes, Microsoft, como Nokia, se habían reído de la presentación del iPhone. Bajo el mando de Steve Ballmer, los de Redmond, así también como Nokia, sufrían de una reestructuración interna, y un futuro que se les escapaba de los dedos. Impresionado por el fracaso del Kin, los de Redmond se pusieron en acción y cada vez eran más los recursos que se utilizaban para canalizar desesperadamente a Windows Phone 7, primero debutó en el MWC 2010, con los dispositivos de diversos fabricantes corriendo esta nueva esperanza. Sin embargo, unos meses después, a pesar de cualquier intento por parte de Microsoft, el barco de Windows Phone sin siquiera abandonar la seguridad de las aguas costeras ya estaba comenzando a tomar el mismo destino que el Titanic. La adopción por parte del público, en un principio entusiasta, se estaba desvaneciendo, el problema de la falta de aplicacines, muy pocos desarrolladores, y sin pácticamente consumidores no existía razón para justificar el desarrollo de las aplicaciones, lo que da vida o en este caso hace agonizar a un sistema. Y a medida que pasaba el tiempo, sus competidores se hacían cada vez más fuertes y más consumidores se inclinaban hacia uno u otro y se creaban mas razones para dejar de lado a Microsoft.
Los mismos fabricantes que habían sido un gran apoyo en el inicio del viaje comenzaron a alejarse. Samsung y HTC pusieron todos sus esfuerzos en Android, mientras que otras de la talla de Dell simplemente saltaron por la borda. ¿Porqué sucedió todo esto?
En parte, el modelo sobre el que se había fundado Windows Phone 7 era, digamos, defectuoso. Microsoft eligió dictar las especificaciones de hardware a los fabricantes, junto con los requisitos del diseño; y esto fue en parte por el software, que debía permanecer intacto. ¿Qué margen de maniobra dejaba eso al fabricante? ¿Por qué no poner todo el esfuerzo en Android que daba la libertad de desarrollar y personalizar a gusto a cada fabricante? Y además era mucho más popular.
Luego, por supuesto estaba el asunto de la monetización. Este fue un momento en el que los inversores estaban extasiados por el futuro de la telefonía móvil, y estaban con ganas de tirar su dinero en el abismo, sin tener en cuenta la simple cuestión de cómo obtener algún beneficio. Windows Phone 7, con las escasas ventas de hardware y software, también tenía un modelo un tanto restrictivo para la monetización, algo que las mentes inteligentes empezaron a captar enseguida y esto comenzó a ir en detrimento del sistema operativo. Cuando el clima daba claros indicios de que una tormenta se estaba gestando; y que el viento de errores y pérdidas que traía auguraban malos momentos, Microsoft hizo la única cosa que sabía que podía hacer, destruyó la nave y construyó una nueva, un sistema operativo diferente, pero igual, Windows Phone 8.
Liberado, algo apropiadamente, cerca de Halloween en 2012, Windows Phone 8 fue construido desde cero para ser mejor que su predecesor. La introducción de un nuevo lenguaje de diseño, mejores características multitarea, 'rooms' y toda una serie de otras características. El nuevo sistema operativo lograba la paridad de características con sus competidores y al mismo tiempo mantenía un sabor distinto, algo por lo que fue elogiado rotundamente.
Y, una vez mas, se presentó un nuevo problema sin siquiera haber permitido al nuevo navío de esperanza zarpar. Los usuarios de Windows Phone 7 habían quedado atrás, olvidados, despreciados, se habían hundido junto a ese barco que pretendió ser grande y navegar mucho, pero quedó pequeño y se hundió pronto, con muchas penas y nada de gloria. Debido a una diferencia fundamental en los kernels utilizados para la construcción del sistema operativo, el software entre los dos era incompatible. Esto tuvo un efecto doble para Microsoft. Al mismo tiempo que dejaba de lado a una base existente leal de usuarios y desarrolladores, se aseguró también de que no existiera nada ni nadie para el futuro. Aunque la pérdida podría haber sido juzgada como aceptable, dada la pequeña escala de fieles, la prensa fue terrible, y la confianza de los consumidores se vio sacudida de forma negativa.
Se necesitaba una acción drástica, Nokia apareció, buscando unir fuerzas para tratar de escapar del abismo en el que se estaban metiendo. Y, dirigida por el ex hombre de Microsoft, Stephen Elop, la que entonces era todavía el fabricante de teléfonos más grande en el mundo dio todo a la lucha, y en la refriega, entonces nació la línea Lumia.
Con mucho colorido, lenguaje de diseño icónico, el hardware Lumia se apreciaría mejor a través de los Lumia 920, fueron el complemento perfecto para los Lives Tiles de Windows Phone 8.
Aún así, a pesar de la capa de pintura fresca y nueva que recibía Microsoft con éste socio de gran alcance, las mismas debilidades estructurales se mantuvieron.
Tanto para Nokia como para Microsoft el lanzamiento de la marca Lumia tuvo un efecto un tanto involuntario, se le ahogó también la competencia. HTC y Samsug, ya no tenían el compromiso y mucho menos las ganas, cerraron las puertas a cualquier posibilidad de que sacar nuevos móviles con Windows Phone.
En la aventura con Windws Phone sólo se quedó Lumia, lo que representa más del 95% de todos los dispositivos Windows Phone vendidos. Y, a pesar de todos los esfuerzos que habían hecho, la mala racha, las pocas ventas, en fin, los malos resultados comenzaron a pasar factura. Esto impulsó una acción drástica por parte de su junta directiva. Por lo que se llegó a un acuerdo, y la visión del Microsoft de Ballmer como una empresa de hardware se convirtió en realidad, con la compra de la división Nokia por $ 7200 millones. Al hacer esta jugada, Redmond aceptó toda la responsabilidad de la dirección de su sistema operativo.
La inundación de Lumias era ahora la preocupación del gigante de la tecnología, dejándolo en competencia directa con los pocos que se quedaron, sin dejar espacio para otros.
Y ahora, llegamos al presente, donde las cosas son aún más tenues. La línea Lumia ha sida recortada a unos escasos seis lanzamientos anuales. Microsoft, una vez más, ante las leves señales de una nueva tormenta ha optado por empezar de nuevo, con el lanzamiento de Windows 10 Mobile, que ahora ya está a la vuelta de la esquina.
Kantar actualmente posiciona a Windows Phone con 3,0% de cuota de mercado en los EE.UU. En el Reino Unido, esta cifra es ligeramente superior llegando al 11,4%. Y cuando ambos, tanto Android como iOS dominan casi exclusivamente el resto del mercado, en un patrón que se repite en todo el mundo, Microsoft ha tenido que moderar sus ambiciones. Satya Nadella, la sustitución de Ballmer, es un pensador astuto, y con la reducción de la línea Lumia a tan sólo 6 dispositivos al año, ha trazado una línea en la arena para las empresas que tengan alguna intención en este ámbito, al tiempo que planta las semillas para el futuro éxito de Windows Phone. Ahora que otros fabricantes tienen menos competencia, pueden sentirse más inclinados a unirse a la fiesta que alguna vez estuvo llena de familiares cercanos.
Entonces, ¿qué se puede aprender del pasado de Windows Phone, con el fin de evitar los errores y repetir sus más grandes éxitos? Las lecciones son muchas, pero todas tienen su raíz en Microsoft, que no debe dormirse en los laureles; si su nuevo sistema operativo móvil llega a alcanzar el éxito que tanto anhelan, y, como creemos que será, deben proseguir el futuro con una visión y energía que hasta ahora les ha faltado, la capa caída se debe dejar atrás.
Los nuevos Lumia 950 y 950 XL, Windows Hello y el escáner de iris, Windows 10 Mobile con Continuum, y las aplicaciones universales, además del nuevo navegador Edge que promete mucho, y por supuesto, una vieja conocida, Cortana, todas son armas bastante poderosas, faltan tan sólo días para que Windows 10 Mobile vea la luz, falta poco para que comience una nueva historia, lo que Windows Phone 7 pretendió ser, lo puede ser Windows 10 Mobile, lo tiene todo, los ingredientes justos y hasta los condimentos necesarios, Microsoft, con Nadella al mando pueden cambiar las tendencias de la telefonía móvil definitivamente, lo están haciendo con las tablets y las notebooks, la línea Surface está marcando la línea hacia el futuro en ese segmento, ahí Microsoft acertó, con Windows 10 Mobile aún no se sabe, pero lo tienen todo para que sea así. Podría ser la última chance, no pueden desaprovecharla. Windows Phone fue un hermoso sueño, pero ahora otro puede comenzar...